Un año después de que una puerta de un avión de Alaska Airlines se desprendiera en pleno vuelo, Boeing informó que está “en el buen camino con el progreso” y “que muestra mejoras tangibles” en sus esfuerzos para convertir al gigante aeroespacial en dificultades y producir aviones seguros.
Boeing compartió una actualización sobre el plan de seguridad y calidad de la compañía, que desarrolló poco después del incidente de Alaska Airlines en enero de 2024.
El plan fue una parte clave de la mayor supervisión de la Administración Federal de Aviación (FAA) en su historia.
En su actualización, Boeing destacó varias mejoras clave que ha hecho, incluyendo: reducir los defectos en el montaje del fuselaje del 737 en Spirit AeroSystems aumentando los puntos de inspección e introduciendo un proceso de aprobación de la calidad del cliente; y el abordaje de más del 70% de los elementos de acción en la producción de aviones comerciales basados en los comentarios de los empleados durante las sesiones de calidad.
Además, aplicó criterios especiales en el ensamblaje final para el 737 y 787, así como partes del 767 y el 777, para gestionar el trabajo y mitigar los riesgos.
El fabricante de aviones estadounidense también informó que agregó cientos de horas a un nuevo plan de estudios de los programas de capacitación de calidad y seguridad para sus empleados.
Incorporó además nuevas auditorías de calidad aleatorias en áreas de alta frecuencia para garantizar el cumplimiento del proceso.
La compañía agregó que ha invertido en su programa Speak Up para fortalecer la confidencialidad y mantener a los empleados informados sobre el estado y la resolución de sus informes.
Esto se produce después de que numerosos denunciantes de Boeing plantearan preocupaciones en los últimos años sobre las prácticas de seguridad y cultura en el lugar de trabajo de la empresa.
El 5 de enero de 2024, una pieza defectuosa en la puerta de un avión de Alaska Airlines se abrió a mitad del vuelo, despresurizando la cabina y exponiendo a los pasajeros al aire libre a miles de pies de altura.
Nadie resultó gravemente herido y el avión hizo un aterrizaje de emergencia de forma segura.
Reflexionando sobre el progreso de Boeing un año después, el administrador de la FAA Michael Whitaker dijo en una publicación de blog que la compañía está “trabajando para avanzar en la ejecución de su plan integral en las áreas de seguridad, mejora de la calidad y compromiso y capacitación efectivos de los empleados”.
“Estamos monitoreando activamente los resultados y vigilando de cerca el trabajo en las instalaciones clave de Boeing”, dijo Whitaker.

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