Japón pide una tregua al turismo masivo en plena temporada alta

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Por Ariel Ferrero para SunnyNews, un medio de Grupo FMGN Press (*)

El icónico mercado de pescado al aire libre de Tsukiji, en Tokio, Japón, enfrenta por primera vez un llamado público a frenar las visitas turísticas durante fines de diciembre, tras un crecimiento desbordado de viajeros que amenaza el funcionamiento cotidiano del barrio y su frágil equilibrio económico.
Según informa Asahi Shimbun, las aglomeraciones se han vuelto insostenibles en esta zona históricamente pensada para la industria pesquera y el abastecimiento gastronómico, no para el turismo de masas. El consorcio de comerciantes locales colocó carteles en el centro de visitantes con un mensaje inusual pero contundente: evitar Tsukiji durante el período prenavideño, el momento más crítico del año.
La decisión se apoya en la experiencia de diciembre de 2024, cuando multitudes de turistas —atraídas por productos y especialidades navideñas— colapsaron los estrechos pasajes del mercado, dificultando incluso el abastecimiento regular de los comercios.
“Tsukiji nunca tuvo infraestructura turística. Era un mercado mayorista para restaurantes”, explicó Yoshitsugu Kitada, presidente del consorcio, quien señaló que el crecimiento acelerado tras los Juegos Olímpicos de Tokio derivó en un claro escenario de overtourism.
El impacto ya se deja sentir: varios comerciantes reportan pérdida de clientes habituales, desalentados por la saturación del espacio, las largas esperas y la dificultad para circular entre pescaderías, barras de sushi y talleres artesanales.
El consorcio busca ahora sumar a agencias de viajes y guías autorizados, solicitando que excluyan a Tsukiji de sus itinerarios durante diciembre como medida de alivio temporal.
El fenómeno se enmarca en un auge turístico generalizado. De acuerdo con la Organización Nacional de Turismo de Japón (JNTO), el país superó los 32 millones de visitantes internacionales en lo que va del año, impulsado por la debilidad del yen, visados más flexibles y el fuerte atractivo cultural del destino. La cifra ya supera los niveles prepandemia de 2019 y se acerca al objetivo oficial de 40 millones de turistas anuales.
El crecimiento, sin embargo, tomó al gobierno por sorpresa. Japón analiza ahora impuestos turísticos más altos, visados más caros y límites de acceso en sitios emblemáticos, en un intento por compatibilizar la llegada de visitantes con la calidad de vida de los residentes, un equilibrio cada vez más delicado.
Tsukiji se convierte así en un símbolo del debate global que atraviesa a muchos destinos: cómo seguir siendo atractivo sin dejar de ser habitable.

 

Por Ariel Ferrero

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