Por Carlos Mira para @ThePostArg
Pocas ciudades en el mundo combinan con tanta naturalidad el peso de la historia, la energía de la vida contemporánea y la calidez mediterránea como Roma. Caminar por sus calles es recorrer más de dos milenios de cultura, política, arte y fe, con monumentos que han marcado el rumbo de la civilización occidental y rincones que invitan a detenerse simplemente a mirar, escuchar y saborear.
Qué ver y hacer
La Ciudad Eterna ofrece una colección casi infinita de lugares imprescindibles. El Coliseo, símbolo indiscutible de Roma, impresiona tanto por su magnitud como por la historia que encierra. Muy cerca, el Foro Romano y el Palatino permiten imaginar el corazón de la antigua capital imperial. En el Vaticano, la Plaza y la Basílica de San Pedro, junto con la Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos, representan un viaje por el arte y la espiritualidad universal.
Fuera de los circuitos más saturados, vale la pena explorar el barrio de Trastevere, con sus callejuelas empedradas, fachadas cubiertas de buganvillas y trattorias familiares. También el barrio de Monti, con boutiques independientes, cafeterías de autor y un ambiente bohemio, muestra un rostro más íntimo de la ciudad. No hay que olvidar la Fontana di Trevi, el Panteón o la Piazza Navona, todos lugares que ganan en encanto si se visitan temprano en la mañana o al caer la tarde.
Gastronomía
Roma es un paraíso para los amantes de la buena mesa. Sus platos emblemáticos tienen un origen humilde, pero un sabor contundente: la pasta alla carbonara, con yema de huevo, pecorino romano y guanciale; la cacio e pepe, que demuestra el poder de la sencillez; y la amatriciana, con salsa de tomate y guanciale. La pizza al taglio, vendida por porciones, es ideal para comer al paso, mientras que las suppli (croquetas de arroz rellenas de mozzarella) son un bocado irresistible.
El café tiene un ritual propio: se toma de pie, en la barra, y en pocos sorbos. Los helados artesanales, con sabores intensos y textura cremosa, son una tentación a la que es mejor no resistirse.
Alojamientos accesibles
Contrario a lo que muchos piensan, Roma ofrece opciones para dormir que no implican un gasto excesivo. Además de cadenas de hoteles de precio moderado, abundan los B&B familiares y hostales con habitaciones privadas. Zonas como Termini o San Giovanni cuentan con tarifas más asequibles y buena conexión en transporte público, mientras que en Trastevere o Prati se pueden encontrar apartamentos turísticos bien equipados para quienes prefieran cocinar y ahorrar en comidas.
Consejos prácticos
Roma se recorre mejor a pie, pero el transporte público —metro, autobuses y tranvías— permite cubrir distancias largas con rapidez. En temporada alta conviene reservar entradas a museos y atracciones con anticipación para evitar largas filas. Y aunque los monumentos son el gran imán, parte de la magia está en dejarse perder por sus calles, descubrir plazas escondidas y conversar con los romanos, que siempre tienen una historia que contar.
Visitar Roma es mucho más que un viaje: es una experiencia que combina el asombro del pasado con la intensidad del presente, un lugar donde cada esquina parece un escenario y cada comida, un capítulo memorable.
English version
Rome: Living History, Eternal Flavor, and Hospitality for Every Budget
Few cities in the world combine the weight of history, the energy of modern life, and Mediterranean warmth as naturally as Rome. Walking through its streets means traveling across more than two millennia of culture, politics, art, and faith, with monuments that shaped Western civilization and corners that invite you to pause, watch, listen, and taste.
What to See and Do
The Eternal City offers an almost endless list of must-see spots. The Colosseum, Rome’s undisputed symbol, impresses both with its magnitude and the history it holds. Nearby, the Roman Forum and Palatine Hill bring to life the beating heart of the ancient imperial capital. In Vatican City, St. Peter’s Square and Basilica, together with the Sistine Chapel and the Vatican Museums, take visitors on a journey through universal art and spirituality.
Beyond the busiest landmarks, Trastevere’s cobblestone alleys, bougainvillea-covered facades, and family-run trattorias offer a charming escape. The Monti neighborhood, with its independent boutiques, artisanal cafés, and bohemian atmosphere, shows a more intimate side of the city. Don’t miss the Trevi Fountain, the Pantheon, or Piazza Navona — each more magical when visited early in the morning or at sunset.
Gastronomy
Rome is a paradise for food lovers. Its signature dishes are humble in origin yet full of flavor: pasta alla carbonara, with egg yolk, pecorino romano, and guanciale; cacio e pepe, proof of the power of simplicity; and amatriciana, with tomato sauce and guanciale. Pizza al taglio, sold by the slice, is perfect for eating on the go, while suppli (fried rice croquettes with mozzarella) are an irresistible snack.
Coffee has its own ritual: it’s taken standing at the counter, in just a few sips. And artisanal gelato, with intense flavors and creamy texture, is a temptation not to resist.
Affordable Stays
Contrary to popular belief, Rome offers accommodation options that don’t require breaking the bank. Alongside mid-range hotel chains, there are plenty of family-run B&Bs and hostels with private rooms. Areas like Termini or San Giovanni offer more affordable rates and great public transport links, while Trastevere and Prati have well-equipped holiday apartments for those who prefer cooking and saving on meals.
Practical Tips
Rome is best explored on foot, but its public transport — metro, buses, and trams — makes covering longer distances easy. In high season, booking museum and attraction tickets in advance helps avoid long lines. And while monuments are the big draw, part of the magic lies in getting lost in its streets, discovering hidden piazzas, and chatting with locals, who always have a story to tell.
Visiting Rome is more than a trip: it’s an experience that blends the awe of the past with the intensity of the present, a city where every corner feels like a stage and every meal is a chapter worth remembering.
Por Carlos Mira
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